ESG y gestión de cobros

Igor Melo Sc.

Director de Onebeat Brasil

 

La ASG fue uno de los temas más candentes del NFR 2022, el principal acontecimiento mundial del comercio minorista. Acrónimo de "environmental, social and corporate governance", ESG es un enfoque centrado en integrar y ampliar las mejores prácticas medioambientales, sociales y de gobernanza. Hoy en día, cualquier empresa que pretenda buscar inversión necesita demostrar que ha asumido un compromiso con las buenas prácticas ESG. Lo que antes era un elemento diferencial es ahora un requisito previo, como un sello que atestigua la responsabilidad ante el mercado, la sociedad, los consumidores, los inversores y otras partes interesadas.

Ya se ha hablado mucho sobre el tema, pero intentaré analizarlo desde una perspectiva diferente a la tradicional.

¿Se ha parado a pensar alguna vez que cada minorista, desde la compra y la planificación del surtido, ya está influyendo de alguna manera en el futuro medioambiental y social? Tomaré como ejemplo la industria de la moda. Cualquiera que trabaje en el comercio minorista de este mercado sabe que el volumen de sobrantes de una colección es sencillamente gigantesco, son las famosas sobras.

Normalmente, el efecto indeseable directo en la cabeza de todo ejecutivo es la pérdida de margen de beneficio debido a la liquidación y/o la prórroga de este stock para futuras colecciones, lo que repercute en el capital circulante y en la calidad de la siguiente colección. Sin embargo, quizá haya que señalar también un impacto secundario. Por ejemplo, llama la atención un artículo publicado por el Daily Mail Online en enero de este año, en el que se muestra que cada año se desechan 39.000 toneladas de ropa directamente en el desierto de Atacama, en Chile, y que gran parte de este volumen ni siquiera tiene utilidad.

Esto nos invita a reflexionar. Una buena planificación, una compra más asertiva y, lo que quizá sea aún más importante, una distribución acorde con la demanda, contribuirían sin duda a una reducción significativa de las sobras. El impacto de esto va más allá de la rentabilidad y la salud financiera de la empresa. Tendría un impacto directo en la reducción del consumo de materias primas, agua, electricidad, combustible y otra serie de insumos y recursos, reduciendo los pasivos medioambientales generados por la fabricación de productos.

A veces puede parecer que preservar el medio ambiente es algo alejado de nuestra vida cotidiana, cosa de ecologistas o profesionales especializados. Pero, en realidad, si miramos con atención a nuestro alrededor, si observamos nuestras prácticas personales y profesionales, seguro que podemos encontrar alternativas para contribuir. Mejorar la gestión, para reducir los residuos, es sin duda una de ellas.